Un embrague que patina se nota cuando suben las revoluciones del motor pero la velocidad del coche no aumenta en la misma proporción. La causa principal suele ser el desgaste del disco de embrague, aunque pueden intervenir otros elementos.

Causas posibles

• Disco de embrague desgastado
• Plato de presión débil
• Volante bimasa dañado
• Problemas en el sistema hidráulico (fuga o aire)
• Malos hábitos de conducción (apoyar el pie, retener en cuestas)

Síntomas

• Poca aceleración pese a las altas RPM
• Olor a quemado al arrancar
• Dificultad en pendientes

Soluciones

• Cambiar el kit de embrague (disco, plato, collarín)
• Comprobar y rectificar el volante si es necesario
• Purgar y rellenar el circuito hidráulico
• Corregir hábitos de conducción